La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central que afecta principalmente a adultos jóvenes, con una mayor incidencia en mujeres. Se trata de una condición de origen neuroinmunológico, en la que el propio sistema inmune ataca la mielina, la sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas. Esta alteración genera fallas en la transmisión de los impulsos nerviosos, lo que da lugar a una amplia variedad de síntomas neurológicos.
La causa de la enfermedad se desconoce aunque múltiples factores han sido identificados como agentes promotores de la enfermedad, entre ellos: la genética, factores infecciosos, déficit de vitamina D, vivir en zonas urbanas y con alto grado de desarrollo, tabaquismo y el consumo de sal.
Los primeros signos pueden pasar desapercibidos: alteraciones visuales, debilidad o adormecimiento en extremidades, dificultades para mantener el equilibrio, fatiga intensa o problemas cognitivos como falta de concentración o de memoria. El diagnóstico de la esclerosis múltiple ha avanzado significativamente en los últimos años gracias a nuevas herramientas clínicas y paraclínicas, especialmente la resonancia magnética y los análisis de laboratorio.
Si bien no existe una cura definitiva, la esclerosis múltiple cuenta con múltiples opciones terapéuticas que apuntan a lograr la “ausencia de actividad de la enfermedad” mejorando notablemente la calidad de vida de las personas que la padecen. Además del tratamiento farmacológico, es importante un enfoque integral que incluya rehabilitación física, contención emocional, acompañamiento del entorno familiar y seguimiento sostenido por parte de un equipo capacitado.
En nuestro hospital ofrecemos una atención especializada para personas con esclerosis múltiple, a través de la asistencia interdisciplinaria que aborda las distintas necesidades médicas, funcionales y psicosociales de cada paciente.